Nuestra Historia

Nahia y Paula

Mi hija Nahia y yo comenzamos a ir a clases de lenguaje de signos en UK (donde residíamos por aquel entonces) cuando ella tenía unos tres meses. A los siete meses dijo su primera palabra con signos, «leche/teta». Desde entonces no ha dejado de aprender, con año y medio ya decía más de 80 palabras con signos y esto fue una gran ayuda para entenderla.
Con nuestra segunda hija, Lira, todo fue aún más fácil, ya que tenía a su hermana mayor para enseñarle los signos. Esto generó un vínculo especial entre ellas y aún hoy los utilizan cuando ven libros juntas.
Desde entonces hemos enseñado lengua de signos a numerosas familias y profesinales de la crianza, y todos ellos recomiendan utilizar este método de comunicación con los bebés.

¿Por qué lenguaje de signos?

Un bebé que signa:

¡Y signar NO hace que se retrasen en hablar!

De hecho, muchos de los bebés que signan también comienzan a hacer intentos tempranos de sonidos iniciales del habla, p.e. ‘m’ para ‘Mamá’, cuando están haciendo los signos. ¡Nuestros bebés están ansiosos por transmitir su mensaje! (Y sus padres / cuidadores están dispuestos a apoyarlos, sabiendo cuánto tienen que decir antes de poder hablar).